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MORBO,
PRESUNCIÓN Y RI
Ahora
sí estoy listo para echarme una moviola yo solo.
En
esta ocasión comentaré sobre la película mexicana más pretenciosa y risible
del año: Sexo, Pudor y Lágrimas. Recuerdo que hace varios años (¿1989?)
escuché por ahí el título de la obra de teatro. Sin duda, un título que no
se te olvida, pero tampoco se me olvida que se lo medio-fusilaron de una película
americana que salió por aquel año: Sex, Lies and Videotape de Steven
Sodherberg.
Me
imagino que la puesta en escena tuvo éxito y su autor, Antonio Serrano,
finalmente consiguió el dinero para convertir su obra de teatro en película.
Con sólo ver el póster ya sabes que nomás no, pero mi vana esperanza en
encontrar buenas películas mexicanas nuevas me empujó a pagar $30 para verla.
El
planteamiento inicial es lo único rescatable, nos muestra la relación que
tienen las dos parejas y sus broncas. Pero luego llega Damián Bichir (el único
que actúa bien) y todo se va por el caño. Además de atiborrar las situaciones
con clichés cómico-falsos, suceden situaciones increíbles. Luego de que
Bichir se acuesta con la esposa (Susana Zavaleta) de su amigo, lo corre y luego
la vieja se va y el otro imbécil le pide a Bichir que se quede. ¡Le pide al
sancho que lo acompañe! Por cierto, que la Zavaleta está terrible como siempre,
no sé quién le dijo que sabía actuar. Total se acuartelan hombres en un depa
y mujeres en otro (y casualmente están en diferentes edificios pero justo uno
frente al otro) y las mujeres platican sobre los hombres y viceversa. Serrano
nos atiborra con pseudo-reflexiones baratísimas que sólo Paco Stanley recitaría
después de darse un pericazo.
Total
que se van dando cuenta que sí se quieren y se contentan. Bichir se da cuenta
que no vale para tres churros y se suicida. Pero todo termina feliz.
No
es posible, empezamos con comedia, luego un poco de drama, luego más comedia
con drama, luego romance, luego comedia y luego drama...!no dramen!
Qué
lástima, en serio, que la poca inversión que existe para hacer cine en México
sirva para producir basura como esta. La intención de Serrano era hacernos
reflexionar sobre las relaciones de pareja en nuestros tiempos y sólo logró:
a) aburrirme, b) decepcionarme, c) lamentarme por haber pagado el boleto de
entrada.
La
única secuencia agradable dura 15 segundos donde están en el remolino volcánico
de Ciudad Universitaria. El año pasado visité ese lugar y es realmente
extraordinario, se los recomiendo.
Esta
película de enormes pretenciones dramáticas es, a final de cuentas, más vacía
que un salón de clases en semana santa. Es más, la canción de Aleks Syntek le
quedó grande y eso es mucho decir porque, como siempre, Syntek grabó un tema
en donde lo único bueno es la música. Tal vez Syntek escribió el guión de la
película porque los diálogos parecen letras suyas.
En
fin, ya viene El Coronel No Tiene Quién Le Escriba para recuperarme del shock.
pepecaudillo / 03·09·99